A kiss is just a kiss, a sigh is just a sigh. The fundamental things apply as time goes by.
sábado, 30 de junio de 2012
The Arab Barber Blues, Gil Melle
Tema del propio Melle incluido en su álbum de 1956 Patterns in Jazz.
Here's That Rainy Day
Tema compuesto por Jimmy Van Heusen (música) y Johnny Burke (letra) en 1953. Dolores Gray presentó el tema en el musical de Broadway Carnival In Flanders, en el New Century Theatre. Carnival en Flanders estaba basada en la película francesa de 1935 La kermesse heroica.
Skylark
Tema compuesto por Hoagy Carmichael (música) y Johnny Mercer (letra) en 1941.
Anita O'Day & Gene Krupa's Orchestra
Prelude to a Kiss
Tema compuesto por Duke Ellington (música) e Irving Gordon e Irving Mills (letra) en 1938. Es un estándar que ha crecido con los años, siendo más popular por intérpretes de jazz en la actualidad que en los años de su creación, quizá eclipsado por la grandeza de otros temas de Ellington.
Duke Ellington
What Is This Thing Called Love?
Tema compuesto por Cole Porter en 1929. La canción fue realizada como parte de la revista musical inglesa Wake Up and Dream. Porter afirmó que se inspiro para What Is This Thing Called Love? en una danza nativa marroquí.
Leo Reisman
Body And Soul
Tema compuesto en 1930 por Johnny Green (música) y Edward Heyman, Robert Sour y Frank Eyton (letra). Body and Soul apareció en la revista de Broadway Three's A Crowd llegando a alcanzar el número tres de las listas. Aunque inmediatamente popular, fue prohibia en la radio durante casi un año debido a su letra sugerente, que deja pocas dudas en cuanto a su naturaleza sexual. A pesar, o quizás a causa de, se grabaron multitud de versiones del tema en los años 30 y 40.
Billie Holiday
Almost Blue, Chet Baker
Tema de Elvis Costello incluido en el precioso álbum Chet Baker in Tokyo de 1987. Con Almost Blue, Chet siempre nos dibuja lágrimas ...
One Dove, Antony and the Johnsons
Tema compuesto por Antony Hegarty y Barry Reynolds, incluido en el álbum The Crying Light, de 2009.
I Could Have Danced All Night
Tema compuesto por Frederick Loewe (música) y Alan Jay Lerner (letra) en 1956 para la comedia musical de Broadway My Fair Lady, basada a su vez en la obra Pigmalión de George Bernard Shaw.
Julie Andrews
The Man That Got Away
Tema compuesto por Harold Arlen (música) e Ira Gershwin (letra) en 1954.
Jeri Southern
They Can't Take That Away From Me
Shall We Dance |
viernes, 29 de junio de 2012
Iolanda, Simone & Chico Buarque
Yolanda es un tema de Pablo Milanés, del año 1983. Esta versión de Simone & Chico Buarque incluida en el álbum Simone Em Duetos.
The Ballad Of The Sad Young Men, Peter Herbolzheimer
Habanerías, Javier Limón & Buika
Jazzgurtera: Helpless, Neil Young
Tema compuesto por Neil Young incluido en el imprescindible disco Déjà Vu de Crosby, Stills, Nash & Young de 1970.
Neil Young
Black Market, Weather Report
God Bless The Child, Lionel Hampton & The Golden Men of Jazz
Del disco Just Jazz: Live at the Blue Note de 1992.
Sophisticated Lady
Tema compuesto en 1933 por Duke Ellington (música) e Irving Mills y Mitchell Parish (letra).
Duke Ellington
Stella By Starlight
Los intrusos |
jueves, 28 de junio de 2012
Necrology, The Cinematic Orchestra
In Motion #1 |
Red Guitar, Cassandra Wilson
Jazzgurtera: Last Train To London, Electric Light Orchestra
Tema de la ELO, de su disco Discovery de 1979.
ELO
Variations on a Theme From Pachelbel's Canon in D Major, David Lanz
Tema incluido en el magnífico disco Return To The Heart de 1991 del pianista David Lanz.
Vete de Mi
Bolero de 1936, compuesto por Homero Expósito (letra) y Virgilio Expósito (música).
Tú, que llenas todo de alegría y juventud
y ves fantasmas en la noche de trasluz
y oyes el canto perfumado del azul
vete de mí.
No te detengas a mirar
las ramas viejas del rosal
que se marchitan sin dar flor,
mira el paisaje del amor
que es la razón para soñar y amar.
Yo, que ya he luchado contra toda la maldad,
tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar,
vete de mí.
Seré en tu vida lo mejor
de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos recordar.
Bola de Nieve
Inner Circle, Steve Grossman & Michel Petrucciani
Tema del bajista Andy Mckee, participante también de esta grabación, publicada en año 2000. Supuso la última grabación de Michel Petrucciani (murió en enero de 1999). Petrucciani al piano, Steve Grossman al saxo y Joe Farnsworth a la bateria. Los solos de Petrucciani, sus ráfagas y su fraseo, inconfundibles.
Eu Sei Vou Te Amar, Bebo & Cigala
Tema de Tom Jobim y Vinicius de Moraes de 1959. Versión incluida en el imprescindible Lágrimas Negras del año 2004, producido por Calle 54 Records, de Fernando Trueba.
Bebo & Cigala
1
Señor Blues, Horace Silver
miércoles, 27 de junio de 2012
Se Equivocó La Paloma
Rafael Alberti |
Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur
creyó que el trigo era agua,
se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche, la mañana,
se equivocaba,
se equivocaba.
Que las estrellas, rocío
que la calor, la nevada,
se equivocaba,
se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa
que tu corazón, su casa,
se equivocaba,
se equivocaba.
Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.
Joan Manuel Serrat
Te Recuerdo Amanda
Victor Jara |
Tema compuesto por Victor Jara incluida en el cuarto disco del cantautor chileno Pongo En Tus Manos Abiertas... de 1969. En palabras del propio Victor Jara: “Te recuerdo, Amanda es una canción que compuse en Londres. Es la historia de una pareja joven de obreros que conocí. Me hice amigo de ellos, supe de sus problemas y sentí cuando se separaron. En el hotel donde vivía en la capital inglesa, acompañado de mi guitarra, di forma a la canción”.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado
suena la sirena
de vuelta al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado
suena la sirena
de vuelta al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
Victor Jara
Gracias A La Vida
Violeta Parra |
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Violeta Parra
Twelve Moons, Jan Garbarek Group
Dresden In Concert |
Timeless, John Abercrombie
Water From An Ancient Well, Abdullah Ibrahim
Water From ... |
martes, 26 de junio de 2012
Siete Cerillas en Fila
—Veremos cuántas canciones puedo tocar antes de emborracharme. Un funeral así no está nada mal, ¿no te parece? No es triste.
Reiko pasó a los Beatles y tocó Norwegian Wood, Yesterday, Michelle, Something. Después cantó, acompañándose de la guitarra, Here Comes the Sun. Al final interpretó The Fool of the Hill. Puse siete cerillas en fila.
—Siete canciones. —Reiko tomó un sorbo de vino y fumó un cigarrillo—. Ellos debían de conocer muy bien la soledad y la dulzura de la vida humana, ¿no crees?
Con «ellos» Reiko se refería, por supuesto, a John Lennon, Paul McCartney y George Harrison.
Tras un breve descanso, Reiko apagó el cigarrillo, tomó la guitarra y tocó Penny Lane, Blackbird, Julia, When I’m 64, Nowhere Man, And I Love Her y Hey Jude.
—¿Cuántas son?
—Catorce—dije.
Reiko pasó a los Beatles y tocó Norwegian Wood, Yesterday, Michelle, Something. Después cantó, acompañándose de la guitarra, Here Comes the Sun. Al final interpretó The Fool of the Hill. Puse siete cerillas en fila.
—Siete canciones. —Reiko tomó un sorbo de vino y fumó un cigarrillo—. Ellos debían de conocer muy bien la soledad y la dulzura de la vida humana, ¿no crees?
Con «ellos» Reiko se refería, por supuesto, a John Lennon, Paul McCartney y George Harrison.
Tras un breve descanso, Reiko apagó el cigarrillo, tomó la guitarra y tocó Penny Lane, Blackbird, Julia, When I’m 64, Nowhere Man, And I Love Her y Hey Jude.
—¿Cuántas son?
—Catorce—dije.
Haruki Murakami
Tokio BluesSigno de Okey
La chica de la cafetería le dijo que si tocaba Here Comes the Sun, de los Beatles, la tienda la invitaba al granizado. Reiko levantó el pulgar e hizo el signo de okey. La cantó acompañándose de la guitarra. Tenía una voz ronca, posiblemente a causa de fumar demasiado, pero cantaba con personalidad. Mientras escuchaba la canción, contemplando las montañas y bebiendo cerveza, tuve la sensación de que el sol iba a salir de un momento a otro. Fue una sensación muy dulce y cálida.
Haruki Murakami
Tokio Blues
Toca Norwegian Wood
—Empecé a tocar la guitarra al llegar aquí porque en la habitación no hay piano. No soy muy buena. Aprendí sola, y mis dedos no están hechos para tocar la guitarra. Pero me gusta mucho. Es pequeña, manejable... Como una habitación bien caldeada.
Tocó otra pieza breve de Bach, un pasaje de una Suite. A la luz de la vela, bebiendo vino y escuchando la interpretación que hacía Reiko de Bach, mi espíritu fue sosegándose sin darme cuenta. Cuando terminó con Bach, Naoko le pidió que tocara algo de los Beatles.
—Ahora las peticiones. —Reiko me guiñó un ojo—. Desde que llegó Naoko, me paso el día tocando canciones de los Beatles. Soy su esclava musical.
A pesar de sus quejas, tocó Michelle, y muy bien, por cierto.
—Me encanta esta melodía.—Reiko bebió un sorbo de vino y fumó un cigarrillo—. Me hace pensar en la lluvia cayendo suavemente sobre el prado.
Luego tocó Nowhere Man y Julia. Mientras tocaba, de vez en cuando cerraba los ojos y sacudía la cabeza. Bebió otro sorbo de vino y fumó otro cigarrillo.
—Toca Norwegian Wood—dijo Naoko.
Reiko trajo de la cocina una hucha con forma de maneki-neko y Naoko metió dentro una moneda de cien yenes.
—¿Qué hacéis?—pregunté.
—Cada vez que le pido que toque Norwegian Wood tengo que meter cien yenes —explicó Naoko—. Es mi canción preferida, así que le damos un trato especial. Ésta la pido de todo corazón.
—Y éste es mi dinero para comprar tabaco.
Reiko, tras desentumecerse los dedos, empezó a tocar Norwegian Wood. Su interpretación estaba llena de sentimiento, sin caer en el sentimentalismo. Yo también introduje cien yenes de mi bolsillo en la hucha.
—Gracias—dijo Reiko sonriendo.
—Cuando escucho esta canción a veces me pongo triste —comentó Naoko—. No sé por qué, pero me siento como si me encontrara perdida en un espeso bosque. Hace frío, está muy oscuro y nadie viene a ayudarme. Por eso, si no se la pido, ella no la toca nunca.
—¡Igual que en Casablanca!—Reiko se rió.
Tocó otra pieza breve de Bach, un pasaje de una Suite. A la luz de la vela, bebiendo vino y escuchando la interpretación que hacía Reiko de Bach, mi espíritu fue sosegándose sin darme cuenta. Cuando terminó con Bach, Naoko le pidió que tocara algo de los Beatles.
—Ahora las peticiones. —Reiko me guiñó un ojo—. Desde que llegó Naoko, me paso el día tocando canciones de los Beatles. Soy su esclava musical.
A pesar de sus quejas, tocó Michelle, y muy bien, por cierto.
—Me encanta esta melodía.—Reiko bebió un sorbo de vino y fumó un cigarrillo—. Me hace pensar en la lluvia cayendo suavemente sobre el prado.
Luego tocó Nowhere Man y Julia. Mientras tocaba, de vez en cuando cerraba los ojos y sacudía la cabeza. Bebió otro sorbo de vino y fumó otro cigarrillo.
—Toca Norwegian Wood—dijo Naoko.
Reiko trajo de la cocina una hucha con forma de maneki-neko y Naoko metió dentro una moneda de cien yenes.
—¿Qué hacéis?—pregunté.
—Cada vez que le pido que toque Norwegian Wood tengo que meter cien yenes —explicó Naoko—. Es mi canción preferida, así que le damos un trato especial. Ésta la pido de todo corazón.
—Y éste es mi dinero para comprar tabaco.
Reiko, tras desentumecerse los dedos, empezó a tocar Norwegian Wood. Su interpretación estaba llena de sentimiento, sin caer en el sentimentalismo. Yo también introduje cien yenes de mi bolsillo en la hucha.
—Gracias—dijo Reiko sonriendo.
—Cuando escucho esta canción a veces me pongo triste —comentó Naoko—. No sé por qué, pero me siento como si me encontrara perdida en un espeso bosque. Hace frío, está muy oscuro y nadie viene a ayudarme. Por eso, si no se la pido, ella no la toca nunca.
—¡Igual que en Casablanca!—Reiko se rió.
Haruki Murakami
Tokio BluesJazzgurtera: Do You Want to Know a Secret, Beatles
Tema de Lennon y McCartney incluido en el álbum Please Please Me, de 1963.
Beatles
Jazzgurtera: A Day In The Life, Beatles
Tema de Lennon y McCartney incluido en el disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, de 1967.
Beatles
Jazzgurtera: Here Comes The Sun, Beatles
Tema de George Harrison para el álbum Abbey Road de 1969.
Beatles
Jazzgurtera: She's Leaving Home, Beatles
Tema de John Lennon y Paul McCartney, incluido en el álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, de 1967.
Beatles
Jazzgurtera: Within You Without You, Beatles
Tema de George Harrison incluido en el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, de 1967.
Beatles
Jazzgurtera: Martha My Dear, Beatles
Tema de Lennon y McCartney incluido en el doble álbum The Beatles, de 1968 popularmente conocido como The White Album.
Beatles
Jazzgurtera: Here, There and Everywhere, Beatles
Tema de Lennon y McCartney incluido en el disco Revolver, de 1966.
Beatles
Jazzgurtera: Norwegian Wood, Beatles
Tema de Lennon y McCartney incluido en el álbum de 1965 Rubber Soul.
Beatles
B's'B: Hey Jude (Beatles), Wilson Pickett
Tema de Lennon y McCartney incluido en el álbum Revolution de los Beatles de 1968. Pickett lo incluye en su disco Hey Jude, de 1969
Wilson Pickett
lunes, 25 de junio de 2012
Flamenco Sketches, Chano Domínguez
Maravillosa versión del tema Flamenco Sketches de Miles Davis. Pertenece al disco de mismo nombre Flamenco Sketches de Chano Domínguez grabado en directo en Nueva York y publicado en Marzo de 2012: versiones de temas de Miles Davis. Al cante Blas Córdoba
Megaoctetos de Felicidad
Nada más pasar la
garita del peaje, conecté el artilugio en la radio del coche.
A ver, chavalín...
¿qué nos has preparado aquí?
Sonrisas confiadas.
Simon se aflojó el cinturón para hacerles sitio a los músicos. Lola bajó el
respaldo de su asiento, y yo aproveché para acurrucarme en su hombro.
Marvin en plan jefe de
pista: Here my dear... This album is
dedicated to you... Una versión
desenfrenada del Pata Pata de Miriam
Makeba para ir entrando en calor, Hungry
Heart del Boss, porque hace quince años que el Boss nos hace mover el
esqueleto, y, más adelante en la lista, The
River, para alimentar ese corazón hambriento. Beat It, del difunto Michael Jackson, a todo volumen para dar
volantazos en la carretera, Friday I'm in
love, de los Cure, para —perdonad un momento que bajo el volumen— celebrar
el fantástico fin de semana que acabábamos de pasar, Common People de Pulp, canción con la que habíamos aprendido más
inglés que con todos nuestros profes juntos. Amado mío, la que canta Rita Hayworth en la película Gilda, que nos da subidón a todos... Amado mío, love me
forever, and let forever begin tonight...
Y
ya que estábamos en plan romántico, le seguía una bellísima versión de Bésame mucho interpretada por Cesária
Evora, Bésame, bésame mucho, como si
fuera esta noche la última vez... Una versión sublime de I Will Survive, de Musica Nuda, y otra
de My funny valentine, de Angela
McCluskey, con la voz rota. De ella también, un Don't explain que podría emocionar al picaflor más cabronazo...
Aznavour, con esa voz suya tan cálida, recordándonos cómo era la vida de los
artistas sin gloria y sin blanca en La
Bohême... El violín de Yo-Yo Ma para Ennio Morricone y sus jesuitas de La misión, Jacques Brel evocando el
puerto de Amsterdam y Dylan repitiendo sin tregua I want you a dos hermanas casi vírgenes, un par de joyas de Nick
Drake, fabulosas odas a la melancolía, Day
is done y Cello song, qué talento
este chico, lástima que muriera tan joven... Love me or leave me, implora Nina Simone mientras sorprendo a Lola
frotándose la nariz... Hey, hey, hey, a Simon no le gusta ver a su hermana
triste, así que rápidamente cambia las tornas y le pone a las Weather Girls con
su It's raining men, para animarla...
Yves Montand en recuerdo de Paulette y Simon & Garfunkel porque sí, porque
emocionan con su canción For Emily,
whenever I may find her... ese final apoteósico que te pone la carne de
gallina, Oh, I love you... Eu sei que vou
te amar, cantada por Toquinho, y Comptine
d'un autre été de Yann Tiersen, Björk que grita it's oh so quiet, el Nisi
Dominus de Vivaldi para complacer a Camille y la canción de Neil Hannon que
tanto le gustaba a Mathilde. Kathleen Ferrier para Mahler, Glenn Gould para
Bach y Rostropovich para la paz. Una canción dulce, Une chanson douce, de Henri Salvador, la misma que nos cantaba
nuestra madre y que, chupándonos el dedo, escuchábamos hasta que nos quedábamos
dormidos. Lucio Dalla con su Caruso... ti
voglio bene assai, ma tanto tanto bene sai... La banda sonora de En la boca no, esa peli que me salvó la
vida en un momento en que yo ya no quería seguir viviendo. Y otra banda sonora,
la de Juegos prohibidos, con ese Romance anónimo no tan anónimo...
Seguimos con el mítico Luis Mariano, que alaba a golpe de gorgorito el sol de
México, Pyeng Threadgill repite Close to
me y yo me digo que eso sí que es el no va más... La elegancia de Cole
Porter sublimada por la de Ella Fitzgerald, y a esto le añadimos Cindy Lauper
porque los contrastes son buenos, Oh,
daddy, the girls just wanna have fun!, grito, sacudiendo a mi perro como si
fuera el pompón de una animadora, para que todas sus pulgas bailen a gusto La
Macarena.
Y muchas más...
Montones de megaoctetos de felicidad.
Guiños, recuerdos,
lentas fallidas en memoria de fiestas aburridas, music was my first love (For Connoisseurs only), Vincent había
puesto un poquito de klezmer, la música alegre y festiva de los judíos del este
de Europa, música de la Motown, música tradicional francesa, la que se tocaba
con acordeón en los merenderos, canto gregoriano, fanfarrias o grandes órganos,
y, de pronto, cuando el coche se estaba bebiendo toda la gasofa hasta la
reserva, Ferré y Aragon cantaron su asombro: Est-ce ainsi que les hommes vivent?, ¿así es como viven los
hombres?
Cuantas más canciones
escuchábamos, más me costaba contener las lágrimas. Vale, ya lo he dicho antes,
estaba cansada, pero sentía una bola en la garganta cada vez más gorda, cada
vez más gorda...
Eran demasiadas
emociones a la vez. Mi Simon, mi Lola, mi Vincent, mi Yo-alucino en mi regazo y
toda esa música que me ayudaba a vivir desde hacía tanto tiempo...
Tenía que sonarme la
nariz.
Cuando la máquina
calló, creí que me sentiría mejor, pero entonces el desgraciado de Vincent
empezó a hablar por los altavoces:
«Y ya está, se acabó,
hermanita. Bueno, espero que no se me haya olvidado nada... Ah, sí, espera,
aquí va la última...»
Era la versión de Hallellujah de Leonard Cohen que había
hecho Jeff Buckley.
Con los primeros
acordes de guitarra me tuve que morder los labios y me quedé mirando fijamente
la lamparita del techo para contener las lágrimas.
Simon movió el
retrovisor para que no tuviera escapatoria:
—¿Qué? ¿Estás triste?
—No —contesté,
resquebrajándome por todas partes—, estoy súp... súper feliz.
Anna Gavalda
La Sal de la Vida
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