lunes, 28 de mayo de 2012

Memphis Blues, Louis Armstrong con Barney Bigard y Trummy Young


Sobre todo le gustaba un disco en el que un joven Louis Armstrong cantaba una recopilación de blues de W.C. Handy. Barney Bigard tocaba el clarinete y Trummy Young, el trombón. Ella le había regalado el disco a Tengo, pero más que para que lo escuchara él, era para escucharlo ella.
Después de hacer el amor, escuchaban el disco metidos en la cama. Ella nunca se cansaba de oírlo. «La trompeta y la voz de Louis son intachables, formidables, pero si quieres que te dé mi opinión, sobre todo deberías prestar atención al clarinete de Barney Bigard», le había dicho ella. Sin embargo, en aquel álbum, apenas había solos de Barney Bigard. Además, todos sus solos se limitaban a un chorus, ya que se trataba de un disco en el que el protagonista era Louis Armstrong. Sin embargo, ella había memorizado con mimo cada uno de los escasos solos de Bigard y siempre los tatareaba al unísono en voz baja.
«Tal vez haya mejores clarinetistas de jazz que Barney Bigard, pero por mucho que busque no encuentro a ninguno que tocara con tanta calidez y delicadeza», le había dicho ella. Sus ejecuciones —en sus mejores momentos, por supuesto— siempre se convertían en un paisaje sensorial. Sin embargo, Tengo desconocía cómo eran otros clarinetistas de jazz. En cualquier caso, a fuerza de escucharlo se fue dando cuenta, poco a poco, de que en ese álbum el clarinete poseía una bella presencia, nada forzada, sustanciosa e imaginativa. Pero para comprenderlo tuvo que escucharlo con mucha atención. También necesitó una guía competente. Si se hubiera limitado a escuchar, lo habría pasado por alto.


Haruki Murakami

1Q84